Cuando no encontramos un sentido de vida y nos sentimos incapaces de obtener placer en nuestras vivencias cotidianas.
Cuando sentimos que la tristeza, el desgano y la angustia empiezan a agobiarnos.
Cuando los intentos que realizamos caen siempre en la repetición y comenzamos a pensar que todo sale mal.
Cuando los miedos ocupan un lugar importante en la vida y los límites del control son difusos.
Cuando las fobias o el pánico impiden salir a la calle, relacionarnos con la gente, amar, trabajar y vivir con placer, viajar, participar de reuniones, realizar nuestros sueños.
Cuando la inseguridad y la insatisfacción son parte de lo cotidiano.
Cuando realizamos conductas insólitas y repetitivas, que consideramos inútiles pero aun así no cesamos de concretarlas al modo de mandatos impuestos en nuestras mentes.
Cuando la ansiedad hace que estemos tan alterados que perdamos el control ante la situación mas trivial.
Cuando los síntomas corporales hacen su llamado, esto es, insomnio, afecciones psicosomáticas, dificultades digestivas, contracturas, dolores de cabeza, etc.
Las dificultades en la comunicación y el diálogo, que dificulta las relaciones con los demás.
Un ataque de pánico es la aparición repentina de ansiedad acerca de lo que está sucediendo en el propio cuerpo. En algunos casos, sin tratamiento puede hacerse muy difícil el día a día y llegarse a estados de desgano y depresión.
Se utiliza realidad virtual para el tratamiento de diversos miedos y fobias. También para la práctica de habilidades sociales, fluidez del habla y ansiedad social. Se controlan los signos vitales mediante oxímetro de pulso.
La autoestima se refiere al concepto que se tiene de la propia valía y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre sí mismo ha recabado el individuo durante su vida.