No soy perfecta

Una manera de sobrellevar la crítica

por Christian R. Palacios

Muchas veces en mi labor se conversa acerca los conflictos en las relaciones interpersonales. Gran número de veces una de las características es que la comunicación no es asertiva. La expresión termina siendo pasiva o agresiva.

Pero si bien la comunicación puede ser asertiva, existe la alternativa que la persona tenga dificultades para recibir y sobrellevar una crítica, o toma a la crítica (expresada asertivamente) como una herida, o es hipersensible, o por su historia hace que la crítica o el más minímo señalamiento genere en esa persona fuertes sentimientos de enojo, temor, verguenza y baja autoestima. A la mayoría nos produce un determinado malestar. El impulso es a defenderse, a no dejar terminar al crítico, a no escucharlo, a negar la crítica, a responder rápidamente con otra crítica. Estas actitudes pueden equivaler a apagar el fuego con combustible. El que realiza la crítica puede sentir que sus necesidades no son tenidas en cuenta. El fruto es que se daña la relación.

Si notas que te cuesta recibir una crítica, una de las opciones es que recuerdes siempre “no soy perfecto/a y nadie lo es”. Cuando alguien te señale algo, o critique de buena manera, primero pensá “no soy perfecto/a”. Es justamente por no ser perfecta, que tenes permitido cometer errores sin por eso ser incapaz, inútil o lo que te imagines. Simplemente si te equivocas ¡sos humano! No le creas a ese golpe emocional que recibís en el momento. Nadie es perfecto.

Por eso pensar “puede ser, nadie es perfecto, yo no soy la excepción, tengo derecho a equivocarme”. Escuchemos la crítica, dejemos terminar, pidamos detalles y después recién vemos si la crítica es verdadera o si parte de ella lo es. Intentemos entender como se ve afectada la persona.

Es bueno aprender a recibir críticas. Es una fortaleza. Si la crítica es agresiva, habrá que señalar la agresividad. Hay formas y formas. A veces puede llegar a necesitarse el empleo de estrategias defensivas. Algunos dicen "solo se gana una pelea si se la evita".

Como se dijo, el primer impulso es la defensa y no escuchar. Hay que dejar pasar este impulso, lo más probable es que nada catastrófico este por suceder. Luego, manifestaremos nuestro acuerdo o nuestro desacuerdo. Veremos también si el otro nos deja expresarnos y explicar, dentro del marco de una relación honesta y respetuosa.

Para profundizar, se puede leer entre otros, a Garner o a Vicente E. Caballo